Creo en una fotografía que respira elegancia, calma y verdad. Me atrae la idea de observar sin intervenir, de encontrar belleza en lo espontáneo y de contar una historia tal y como sucede, con sensibilidad y atención al detalle.
Con el tiempo entendí que mi lugar estaba detrás de una cámara, acompañando a las personas en momentos que no se repiten. Me mueve la cercanía, la dedicación y la responsabilidad de estar presente en instantes que marcan una vida.
Hoy, mi trabajo se centra en documentar bodas con una mirada honesta, estética y atemporal. Fotografío desde la discreción, buscando imágenes que emocionen hoy y dentro de muchos años.
«Que los mejores momentos sean los que están por llegar» – Shinova
Persiguiendo la eternidad
Siempre he tenido una energía que me lleva a observar, a buscar, a estar atento a esos gestos que muchas veces pasan desapercibidos. Ya sea en mi día a día o detrás de la cámara, encuentro en los detalles una forma de comprender mejor las historias que me rodean.
La familia y el tiempo son los pilares que guían mi trabajo. Quizá por eso me obsede la idea de detener lo efímero: convertir un instante en algo que permanezca. Cada fotografía es un intento de transformar un momento fugaz en un recuerdo que permanezca, que hable de lo que realmente importa.
