Aquí Sergio, el fotógrafo que de niño quería ser un ventilador. ¿Por qué? Porque me encantaba la idea de pasar el día dando vueltas, no parar nunca. De hecho, no me gustaba hacer la digestión; prefería estar explorando o creando algo nuevo.
Estudié enfermería. ¡Sorpresa! Pero, ¿sabes qué tienen en común la enfermería y la fotografía? Ambas requieren cercanía, dedicación y la habilidad para estar presente en momentos trascendentales de la vida de las personas. Ahora, colgué mi bata para cambiarlo por una cámara con la que inmortalizar momentos.
Soy un culo inquieto, ya sea pedaleando por senderos de montaña o persiguiendo a mi pequeño «becario» con la cámara, siempre en busca de la próxima foto.
Lo que más valoro es la familia y los momentos que pasamos juntos, por eso el tiempo se ha convertido en mi obsesión. Cada fotografía es un intento de detenerlo, de convertir un instante fugaz en un recuerdo de los que perduran para siempre.